La educación cordial
El corazón (cor-cordis) es el centro, la clave de algo: también de las personas. En ellas, es el lugar del afecto, pero también de la inteligencia, el espíritu, el talento, incluso el estómago. Porque hay que tener estómago -y mucho- para bregar por la justicia y para hacerse el ánimo de aspirar a la felicidad, que son las dos grandes metas de la ética. Importa educar ciudadanos en todas estas dimensiones del corazón, sobre todo en la justicia, porque, en caso contrario, habremos perdido la partida.
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