Dos cojos cojean
Mi padre y yo fuimos desdichadamente enemigos porque él quería que yo fuese el hijo que no podía ser y porque yo quería que él fuese el padre que no podía ser.Digamos que él quería tener un hijo distinto a mí y yo, un padre distinto a él, pero ninguno comprendía que eso era imposible, genéticamente imposible. Por lo visto, estaba escrito en su ADN que él sería un hombre molesto y en el mío, que yo sería un hombrecillo intimidado por él.
Ampliar la noticia
Ampliar la noticia
Comentarios
Publicar un comentario