El descontrol de Messi

El clásico del sábado dejó para el recuerdo una imagen inédita: Messi, acostumbrado a jugar como los ángeles, respondió como un diablo al marcaje de Pepe. Se terminaba el partido, y se le escapó un balón por la banda. Lejos de dejarlo salir, sin más, lo remató con rabia y golpeó a los aficionados. "Quería pegarle a la valla, y se le fue alta", explicó un compañero.

Reportaje

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