
Por muchos años, el mundo de la música digital legal ha sido relativamente fácil de entender. Dos modelos básicos existían en el mercado: las tiendas en línea en las que usted compraba un sencillo o un álbum, que podía guardar en computadoras individuales o aparatos móviles. El otro es el modelo de servicios de suscripción, con el que paga una cuota mensual o escucha anuncios publicitarios a cambio de tener acceso a una biblioteca en línea de música.
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